martes, 25 de diciembre de 2007

La Sobremesa: Un espacio en nuestras vidas

En las fiestas y reuniones de fin de año, siempre la gente se reune alrededor de una mesa para degustar casi siempre de un inmenso desfile de platos y comidas muy variados y que no siempre están aptos para combinarse.

Lo cierto es que es una gran oportunidad para realizar una costumbre que poco a poco está desapareciendo: La Sobremesa. Los tiempos han cambiado y cambirán más. Durante el año, corremos por allá y por acá y estamos todo el día fuera de casa. No existe la oportunidad de serenarnos después de una merienda o almuerzo. Estamos de pasada en una restaurante de comida rápida o en una comida de negocios no muy convenientes para nuestra salud.

La sobremesa es el momento en que la familia se reúne después de comer y es a veces uno de los pocos espacios que los padres comparten junto a sus hijos. En un mundo en que generalmente los padres trabajan y los hijos tienen distintas actividades, es difícil tener el espacio necesario para comunicarse, intercambiar información, vivencias, satisfacciones y frustraciones.


La familia es el lugar por excelencia donde se aprende a convivir, se expresan los afectos, se internalizan las normas, se cultiva la tolerancia, el respeto y la empatía. Asimismo, ahí se imparten valores y disciplina de acuerdo a los patrones familiares. Desgraciadamente la sobremesa está en vías de extinción. La vida acelerada, el exceso de obligaciones, el trabajo intenso, el cansancio, el estrés derivado de los compromisos laborales y sociales y el escaso tiempo destinado a lo familiar en favor de otras actividades y pasatiempos, atentan contra la vida en familia y en especial contra ese tiempo que antaño existía en torno a la mesa y que llamamos sobremesa.

La sobremesa puede permitir a los padres conocer más a sus hijos e intercambiar vivencias, porque constituye un momento en que los hijos pueden expresar inquietudes, temores o deseos a sus padres. Los niños que no comen con sus padres tienen un menor desarrollo del lenguaje y menos manejo de un comportamiento adecuado socialmente, ya que su comida es en la cocina, en forma apurada y generalmente en silencio. Al compartir en la mesa con ellos los padres modelan el comportamiento con su conducta, lenguaje y capacidad comunicativa. Para los adolescentes la sobremesa es la ocasión diaria para estar con sus padres y dialogar. Es el momento en que los padres pueden observar a su hijo y percibir cómo está.

La Sobremesa es muy beneficiosa para la salud psíquica y corporal. Nuestra digestión se realiza de la mejor manera, si la sobremesa está bien llevada. Casi siempre el tomar alguna bebida alcoholica moderadamente, por ejemplo el vino, o un infusión, permite que se faciliten los mecanismos lleven a una buena digestión de los alimentos ingeridos.

Tips muy útiles

- Para lograr una sobremesa beneficiosa, los temas que se toquen deben ser variados, con el cuidado de no tocar temas conflictivos.

- Si un hijo tiene problemas en el colegio no es el momento para retarlo; ese es un tema de conversación para tratarlo en privado junto al niño. Lo mismo si la hija llegó tarde la noche anterior, porque en vez de aclarar la situación la sobremesa puede transformarse en escenario de pelea y terminar por predisponer negativamente a toda la familia antes de sentarse a comer.

- También es positivo colocar en la mesa temas culturales, que despierten el interés del niño y la curiosidad por aprender.

- Es positivo tocar temas relacionados con la sexualidad. Tanto a modo de información respecto a los conocimientos del niño, como para establecer un diálogo respecto a un tema que de por sí es difícil. Si los temas se tocan con naturalidad, los niños se atreverán a preguntar y los padres los orientarán integrando la parte afectiva y biológica.

- Si no estamos solo con nuestra familia inmediata, evitar los temas relacionados con la política y con la religión. Dentro de los temas de actualidad, evitar los que son policiales y comentar noticias desagradables sobre catástrofes o enfermedades.

- Generar el espacio adecuado para una sobremesa beneficiosa requiere, de un esfuerzo y experiencia paterna para que esta ocasión no se transforme en un campo de batalla o lugar de críticas y peleas.

- Para que la sobremesa resulte un éxito es importante no tener encendido el televisor y en lo posible descolgar el teléfono.

- También hay que evitar el interrogatorio, especialmente a los adolescentes, y dar espacios para que sean los mismos hijos quienes planteen los temas.

- Es muy bueno el contar chistes y anécdotas pero sin dañar la susceptibilidad de los invitados al banquete.

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