Se conoce muy poco sobre la influencia, en los hombres, de la dieta sobre la calidad del esperma que producen. Ahora se ha realizado el primer estudio que intenta desentrañar la asociación de este factor con la ingesta de algunos minerales y vitaminas esenciales, como el cinc, el folato, la vitamina C, la vitamina E y el betacaroteno. Los investigadores sólo han hallado una asociación estadísticamente significativa en el caso del folato y no en el caso de los otros micronutrientes.
El folato es una vitamina B soluble en agua que se encuentra en algunos alimentos (verduras, frutas y legumbres, entre otros) y el ácido fólico es la forma sintética de esta vitamina. Según los datos obtenidos, los hombres estudiados que consumían una alta cantidad de folatos tenían porcentajes más bajos de espermatozoides anormales, concretamente aquellos en los que se pierde o se gana un cromosoma. Esta anormalidad cromosómica recibe el nombre de aneuploidía y se relaciona con los abortos espontáneos y problemas importantes físicos y de desarrollo mental.
El folato es una vitamina B soluble en agua que se encuentra en algunos alimentos (verduras, frutas y legumbres, entre otros) y el ácido fólico es la forma sintética de esta vitamina. Según los datos obtenidos, los hombres estudiados que consumían una alta cantidad de folatos tenían porcentajes más bajos de espermatozoides anormales, concretamente aquellos en los que se pierde o se gana un cromosoma. Esta anormalidad cromosómica recibe el nombre de aneuploidía y se relaciona con los abortos espontáneos y problemas importantes físicos y de desarrollo mental.
La aneuploidía es una alteración en el número de cromosomas que puede comportar problemas de infertilidad a las personas portadoras. Las estimaciones actuales indican que entre el 1% y el 4% de los espermatozoides de un hombre sano muestran algún tipo de aneuploidía, pero se observa una gran variación entre individuos. Además, los mecanismos de generación de esta anormalidad no se conocen bien. Los individuos estudiados fueron 89 hombres que mostraban buen estado de salud y no fumaban.
«Encontramos una asociación estadísticamente significativa entre una alta ingesta de folato y una baja aneuploidía en el esperma», ha declarado Brenda Eskenazi, catedrática de Salud Maternal e Infantil en la Universidad de California en Berkeley (EE.UU.) y directora del trabajo, que se publica en la revista 'Human Reproduction'.
«Sin embargo, este estudio no puede probar que una alta ingesta de folato es la causa de la baja anormalidad en el esperma, sólo que existe una asociación entre ambos factores. Éste es el primer estudio de su tipo y los resultados indican que hace falta más investigación». El siguiente paso sería realizar un ensayo clínico completo el que se proporcionara un suplemento de folato a la mitad de los sujetos y nada al resto. Mientras que se conoce bien la importancia de la dieta materna en el embarazo, no sucede lo mismo con la de la dieta paterna anterior a la fecundación.
Cuanto folato hay que consumir?
Los resultados de este estudio indican que sería interesante dedicar atención a la nutrición paterna y sus consecuencias en el desarrollo del feto. En estudios previos se había demostrado la importancia de la ingesta de micronutrientes para conseguir la fecundación, a través de la mejora de la calidad del esperma, pero éste es el primero que indica que la dieta paterna puede influir también en que el niño nazca sano. En concreto, se han demostrado los efectos beneficiosos de una dieta con una cantidad adecuada de antioxidantes (vitamina E, vitamina C y betacaroteno) en la movilidad de los espermatozoides.
La cantidad diaria recomendada de folato en los hombres de más de 19 años es de 400 microgramos. Esta cantidad se puede tomar en forma de suplemento de ácido fólico, consumiendo cereales enriquecidos en ácido fólico o tomando verduras. Una ración de espinacas crudas, por ejemplo, contiene unos 100 microgramos de folato. Si se confirma que esta vitamina B conduce a un esperma más sano, los investigadores podrían recomendar que la cantidad diaria recomendada se elevara para los hombres que estén intentando ser padres, por lo menos desde tres meses antes de la concepción, para reducir el riesgo de aborto y de anormalidades cromosómicas en sus futuros hijos.
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