Estar atentos y ser plenamente conscientes, segundo a segundo, de nuestros pensamientos y sentimientos, de nuestro cuerpo y movimientos, de todo nuestro entorno. Eso es meditación. La meditación es una herramienta que sirve para introducirnos en nuestro interior y ver nuestras deficiencias psicológicas, emocionales y físicas. Y, desde el conocimiento de lo que somos en realidad, comenzar el camino de nuestra propia recuperación. Normalmente vivimos en un estado de tensión y nervios en el que nuestros problemas más profundos quedan enmascarados por otros sucesos más triviales o también por la sucesión de los días en un trabajo y quehacer rutinarios.
Para finalizar esta breve reseña de tipos de meditación existentes, no podía dejar de mencionar entre los tipos de meditación existentes a lo largo del planeta, a la Meditación Trascendental (MT), la cual es, en occidente, una actividad muy practicada, y que trae numerosos beneficios para nuestra salud tanto física como mental.La MT es un tipo de meditación mucho más alcanzable que la budista o la taoísta, puesto que, si bien emanada de saberes orientales, es muy compatible a las tradiciones de la vida occidental.
Consiste en la relajación de nuestro cuerpo durante unos 15 o 20 minutos, sentados cómodamente con los ojos cerrados, prestándole atención al funcionamiento de nuestro organismo, por ejemplo a la respiración. Si se realiza adecuadamente, la MT puede llegar a ser más relajante que el sueño mismo, logrando que liberemos tensiones y estrés acumulado.
Es que en definitiva éstos son los propósitos que tiene esta meditación: relajarnos y hacernos perder la vorágine de la vida cotidiana. Algunos estudios médicos han probado que este tipo de meditación ayuda a reducir el consumo de tabaco y de otro tipo de drogas, además de controlar nuestra tensión, disminuir nuestros niveles de estrés y ansiedad, y mejorar la memoria.
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