lunes, 31 de marzo de 2008

Propiedades y bondades del Té


El origen del té se conoce con bastante exactitud. Según los historiadores, China es la cuna del té aunque India le sigue de cerca, siendo uno de los principales exportadores de esta valiosa mercancía, y Sri Lanka es una isla muy conocida por la calidad de su té. En Oriente, sobre todo en China y Japón, se consume el llamado té verde, sin fermentar, mientras que en Europa, se utiliza mayoritariamente el té negro, una vez fermentado. Entre ambas categorías se sitúa el té semifermentado, también conocido como té Oolong.

Este proceso de tratamiento del té una vez recolectado reduce el contenido de polifenoles inicial, es decir, su concentración de sustancias antioxidantes. Existen cuatro tipos principales de té (blanco, verde, Oolong, y negro), pero a ellos hay que sumar las múltiples variedades existentes dentro de cada categoría, que suman más de 3.000 en todo el mundo y son el resultado de los diferentes métodos de elaboración de la planta.

Té blanco: Se produce a escala muy limitada, lo que explica el elevado precio que alcanza en el mercado. China y Sri Lanka (antiguo Ceilán) son los principales exportadores. Las yemas nuevas se recolectan antes de que se abran, se dejan marchitar para que se evapore la humedad natural y a continuación se desecan. Las yemas rizadas presentan un aspecto plateado (a veces se las denomina Silver Tip) y de ellas se obtiene una infusión de color pajizo muy pálido.

Té no fermentado: Del peso seco de una hoja, un 30% son polifenoles. El té verde es un ejemplo. La elaboración se inicia al dejar secar las hojas recién cogidas, a las que después se aplica un tratamiento de calor para detener la fermentación que provocaría la descomposición de la hoja. Concretamente se someten a un proceso de cocción al vapor y de secado al fuego que detiene la fermentación de las enzimas. Las hojas luego se extienden y se secan antes de que se les prenda un último fuego que impide cualquier fermentación.

Té semifermentado: Las hojas de té semifermentado contienen un 20% de polifenoles. El té Oolong es semifermentado que se elabora principalmente en China y en Taiwan. Se encuentra entre el té negro y el té verde. Los brotes tiernos del té se dejan a secar al aire libre entre 30 y 60 minutos, luego se secan en una habitación cerrada, extendiéndolos suavemente con la mano, de 6 a 8 horas. Al resecarse, el proceso de fermentación se detiene, y entonces se procede a la extensión y el secado. Después de secarse al fuego una última vez, el té Oolong se separa en grupos y se empaca en latas de té o bultos a granel.

Té de fermentación completa: En este té, el contenido de polifenoles es del 10%. Su representante es el té negro. Los métodos y variedades difieren considerablemente según la región productora, pero el proceso siempre incluye cuatro pasos básicos: marchitamiento (para hacer flexible la hoja y poder enrollarla sin que se rompa), enrollado (para romper las células y facilitar las reacciones químicas), fermentación (la verdadera transformación para convertirse en té negro) y secado (detiene la fermentación en el momento deseado).

Con el método tradicional se obtienen partículas más gruesas. Con el método CTC (triturar, cortar, enrollar) las hojas quedan más desmenuzadas, lo que resulta ideal para las bolsitas de té por ser la infusión más rápida y fuerte. El té negro es el más aromático, debido a que con la fermentación se originan, a partir de los polifenoles, numerosos compuestos principalmente de tipo aromático. Dado el elevado consumo de té negro en el mundo, se han hecho numerosas investigaciones con el fin de conocer a fondo sus bondades para la salud. Se han sugerido efectos saludables sobre el sistema cardiovascular, los huesos o los dientes, aunque muchos de ellos son sólo hipótesis o suposiciones, de las que queda mucho por estudiar.

Propiedades del té negro

Los polifenoles y flavonoides presentes en el té son antiopxidantes capaces de reducir los factores de riesgo cardiovascular. Es conocida la existencia de experimentos en laboratorio que demuestran la capacidad antioxidante de estos compuestos. La evidencia apunta, dicen los autores, a que un consumo de al menos tres tazas al día ayudaría en la prevención cardiovascular; de una a seis tazas por día comportaría un incremento significativo de su capacidad antioxidante en plasma. Para el caso de cáncer, salud dental y ósea, no hay suficientes evidencias para hacer ningún tipo de recomendación sobre consumo de té. Los antioxidantes como los que se hallan en el té, el vino o los vegetales pueden prevenir el cáncer, según sugieren diversos experimentos en animales. Otro de los beneficios atribuidos al té es la salud dental. La planta del té acumula fluoruro del suelo y puede contener de este compuesto hasta 196 microgramos en cada bolsita de 2 gramos de té seco. El contenido de fluoruro puede ser superior si el agua es fluorada (práctica que se realiza en algunos países). Otro factor de protección son las catequinas del té, que protegerían contra la caries.

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