La oclusión ideal, es aquella en la cual los órganos dentarios ocupan una posición articular correcta con sus vecinos y antagonistas. Quizá la clasificación más utilizada en nuestros días, es la que presentó Edward H. Angle en 1899. En ortodoncia, se han propuesto un gran número de clasificaciones, pero ninguna ha reemplazado al sistema de Angle, ya que éste método es considerado y conocido universalmente. Él estudió las relaciones mesiodistales de las piezas dentarias basándose en la posición de los primeros molares permanentes y describió las diferentes maloclusiones, las llamó CLASES.
Las maloclusiones dentales, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), ocupan el tercer lugar entre las enfermedades que constituyen riesgo para la salud bucal. Una malposición dentaria es cuando uno o varios dientes están situados en posición anormal. La malposición dentaria conlleva que las piezas dentarias superiores e inferiores no articulen, encajen o engranen con normalidad. Los apiñamientos son cuando los dientes no caben en la arcada dentaria, en general por falta de espacio.
Las maloclusiones dentales, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), ocupan el tercer lugar entre las enfermedades que constituyen riesgo para la salud bucal. Una malposición dentaria es cuando uno o varios dientes están situados en posición anormal. La malposición dentaria conlleva que las piezas dentarias superiores e inferiores no articulen, encajen o engranen con normalidad. Los apiñamientos son cuando los dientes no caben en la arcada dentaria, en general por falta de espacio.
El trastorno del habla más frecuente entre los escolares, lo constituyen las alteraciones en la pronunciación, lo que se conoce como dislalias. Se les llama dislalias a los defectos en el punto y modo de articulación de un determinado fonema.
La fonación es el acto de emitir el sonido de la voz (voluntario). La fonoarticulación es hacer audible el lenguaje, para que éste sea lenguaje oral. Para que pueda llevarse a cabo el lenguaje oral, requerimos del habla y de la voz; la primera articula el lenguaje, la segunda la sonoriza y nos permite escucharlo. El aparato fonoarticulador, formado por los labios, cavidad bucal, maxilar superior e inferior, paladar óseo y blando, úvula, piezas dentarias, lengua y faringe, es el centro de la acción, ya que aquí varios de los órganos integrantes entran en movimiento modificando su propia forma en reposo, combinada así la conformación de la cavidad bucal, su espacio y capacidad, con lo cual se logran los cambios reducciones y aumentos de la columna del aire espirado, que colocada en determinada posición logra un sonido específico; cambiando levemente cualquier condiciónse logra un sonido diferente o sea un fonema distinto.
La mordida abierta anterior es la alteración frecuentemente más implicada en las alteraciones articulares. Ahora bien las maloclusiones son definidas como alteraciones de carácter genético, funcional o traumático y dentario que afectan a los tejidos blandos y duros de la cavidad oral.
Entre los trastornos en la oclusión del paciente pediátrico está la Mordida cruzada y la mordida abierta, que tienen relación con los problemas en el habla de los niños. Casi siempre estos problemas son causados por la succión de dedo, chupar lapiceros, chupar labios, respiradores bucales, etc.
Es necesario pues, el acudir al odontopediatra, ortodoncista u odontólogo general para la consulta del caso, serán quienes podrán solucionar con tratamientos individualizados el caso de maloclusión y por ende solucionará también la dificultad en la pronunciación de las palabras del menor. Para esto existen técnicas muy viables con aparatología fija y/o removible sgún sea el caso.
Dr. César Cárdenas
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