
El aparato envía impulsos ultrasónicos de baja potencia durante varios meses a los dientes dañados. Un cristal piezoeléctrico genera los ultrasonidos vibrando a frecuencias por encima de 20kH al ser alimentado con corriente alterna por un oscilador con una batería.
Jie Chen y Ying Tsui, ingenieros de la Universidad de Alberta, en Canadá, desarrollaron este diminuto dispositivo tras comprobar que la estimulación por ultrasonidos fomentaba la regeneración del tejido maxilar y de la dentadura dañada en animales: Tarek El-Bialy, de la Facultad de Medicina de Alberta, logró regenerar la dentadura de conejos que conservaban la raíz de algunos dientes con un dispositivo de mayor tamaño. Su trabajo publicado en el 2003 en el American Journal of Orthodontics and Dentofacial Orthopedics (vol. 124, pág. 427), demostró por primera vez que los ultrasonidos de baja potencia podían estimular el crecimiento del tejido dental.

No necesariamente se hacer crecer las piezas dentarias, lo que se consigue es que los dientes que resultan dañados por traumatismo, sin procesos cariosos, y así mismo el hueso maxilar y periodonto que rodea la pieza dental, se reparen y regeneren en un tiempo mas breve que el acostumbrado.
Dr. César Cárdenas Linares
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