UN BUEN COMPLEMENTO En suma, por más que moleste a algunos laboratorios farmacéuticos, la realidad -suficientemente demostrada por la propia ciencia- es que se puede reducir eficazmente el nivel de colesterol malo sólo cambiando la dieta. Basta disminuir el consumo de grasas saturadas, eliminar las hidrogenadas y aumentar la ingesta de frutas, frutos secos -como nueces o almendras-, verduras frescas, legumbres, cereales integrales, pescados azules y aceite de oliva además de hacer algo de ejercicio y abandonar hábitos nocivos para reducir el riesgo de que el colesterol y otras grasas se acumulen en las arterias y nos hagan candidatos a los temibles ataques de corazón o cerebrales. A lo que cabe ahora añadir que llevar a nuestra mesa productos ricos en esteroles y estanoles vegetales es una eficaz ayuda suplementaria natural y sin efectos secundarios. Ojalá los profesionales de la salud estén dispuestos a asumir esta realidad y dejar de recetar fármacos innecesariamente.
Recomendaciones cardiosaludables Nuestro cuerpo es una máquina tan perfecta que puede durarnos más de cien años. Eso sí, para que funcione bien hay que cuidarlo, suministrarle una alimentación adecuada y evitar todo aquello que pueda dañar su motor: el corazón. Y no hay duda de que uno de los enemigos más potentes del corazón es el colesterol. Por eso, para disminuir y/o mantener el colesterol en unos niveles adecuados, deben adoptarse nuevos hábitos que incluyan: Una mayor ingesta de fibra -frutas (maní, manzanas, toronja y uvas son las que principalmente favorecen la disminución del colesterol en sangre), verduras y cereales integrales- porque favorecen el descenso de los niveles de colesterol "malo" sin reducir con ello el nivel de colesterol "bueno". Un incremento en el consumo de alimentos ricos en ácidos grasos poliinsaturados como los Omega-3 (pescados azules, aceite de pescado, aceite de soya y colza, germen de trigo, mejillones, ostras, berberechos, espinacas, col, brócoli, nueces, avellanas y pipas de calabaza, entre otros alimentos) y los Omega-6 (aceites de soya, aceite de sacha inchi, coco, maíz, girasol, borraja y onagra). La ingesta de frutos secos como nueces, almendras, avellanas y pipas de calabaza ya que contienen ácidos grasos insaturados, vitamina E y otros antioxidantes. El consumo habitual de aceite de oliva, preferiblemente virgen. Este aceite contiene ácido linoleico, capaz de mantener el colesterol en niveles bajos. Y mejor aún consumiendo nuestro aceite de sacha inchi que contiene los 3 ácidos grasos escenciales para vivir que son Omega 3, Omega 6 y Omega 9, siendo la dosis de prevención una cuchara al dia encima de sus alimentos. La reducción o supresión del consumo de carne roja y de embutidos. La eliminación de la dieta de alimentos ricos en azúcares y de las harinas refinadas, presentes sobre todo en la bollería industrial, margarinas y fritos. La disminución del uso de la sal ya que su consumo favorece la arteriosclerosis. Desterrar de la dieta la llamada "comida basura" Evitar la leche entera, los quesos curados, la nata, las cremas de leche, el chocolate y las salsas ricas en grasas no recomendables. Limitar o eliminar las bebidas alcohólicas, el tabaco y el café. Cabe agregar que hay otros alimentos también considerados cardiosaludables como el jamón curado, la zanahoria -que ayuda a disminuir el colesterol "malo" y a aumentar el "bueno"-, el ajo -que eleva el nivel de colesterol "bueno" y reduce los triglicéridos- o el vino -que acelera la depuración del colesterol de la sangre.
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