Uno de los cuadros más frecuente en niños menores de tres años se relaciona con problemas respiratorios agudos que se presentan con tos y sibilancias (silbidos en el pecho). La pregunta de los padres, usualmente cargada de ansiedad, es: ¿Tiene asma mi hijo?
La respuesta no es fácil. Si el niño empieza sus cuadros muy precozmente, es decir en las primeras semanas de vida, el médico está en la obligación de descartar otras causas diferentes como aspiración de la leche o de otro cuerpo extraño, defecto cardiaco congénito, fibrosis quística, entre otros. Si bien son enfermedades poco frecuentes, podrían explicar estas molestias. Se necesitará además de un buen examen físico, una placa de tórax y algunos análisis específicos según sea el diagnóstico presuntivo.
Síntomas que alertan
En niños con mayor edad (desde varios meses hasta los 3 años) se sospechará de asma si se presentan episodios recurrentes de tos, sibilancias y/o dificultad para respirar que mejoran con el uso de broncodilatadores (antiasmáticos). Muchas veces el asmático sólo tose en las noches sin presentar fiebre o cuadros gripales. Es importante recordar que el asma infantil tiene mucho de alergia, por ello hay que tener especial cuidado con aquellos niños que presentan cuadros alérgicos de la piel y/o tienen antecedentes de padres con asma bronquial y/o rinitis alérgica, pues de presentarlos, el riesgo de tener asma aumenta.
No siempre es asma
Un grupo importante de niños presenta el cuadro de tos y sibilancias sólo cuando tiene un cuadro viral (cuando se “agripa”). Si estos niños no tienen otro síntoma ni antecedente familiar de alergia, son diagnosticados de SOBA (Síndrome de Obstrucción Bronquial Agudo). Este síndrome (conjunto de síntomas) al parecer se asocia al menor tamaño en la luz de los bronquios que ciertos niños tienen por constitución propia, los que al inflamarse por un virus se “cierran” y silban, presentando un cuadro similar al asma bronquial. La buena noticia es que la mayoría de niños con SOBA dejan de tener estas molestias al crecer (aproximadamente a los cuatro años) y ampliar la luz de sus bronquios. Aunque los ataques agudos de SOBA deben tratarse con broncodilatadores inhalados, (algunos incluso son nebulizados), corticoides orales y dependiendo del criterio médico con antibióticos para las vías respiratorias, ( aprovechamos para recordar que aún continúa siendo de elección la amoxicilina ), no se tratan realmente de casos de asma bronquial.
En los casos severos, la asistencia médica es inevitable. Pero la mayor parte de los ataques dura algunas horas y disminuye espontánea mente. En esos casos, las siguientes medidas podrán aliviar la intensidad de las crisis y reducir su duración:
Usa fomentos (toallas entibiadas en vapor o agua caliente, bien torcidas) en la región del tórax, en la parte de adelante, en el pecho o en las espaldas. Al mismo tiempo, poner también los pies en agua caliente. Esos fomentos deben mantenerse el tiempo necesario, hasta que pase la crisis. Eso ocurre entre treinta y sesenta minutos. Los paños deben cambiarse cada cinco minutos. Al terminar el tratamiento, con un paño húmedo en temperatura normal del agua, hacer una fricción. Se debe secar y hacer reposo.
Vaporización fría, con un poco de aceite de eucalipto, es otra medida muy útil para fluidificar las secreciones muy espesas que se forman en los bronquios y que dificultan la respiración.
Es muy importante mantenerse hidratado. Por lo tanto, bebe agua tibia o acompañada por alguna infusión, varias veces durante las crisis y también fuera de ellas.
Es muy importante mantenerse hidratado. Por lo tanto, bebe agua tibia o acompañada por alguna infusión, varias veces durante las crisis y también fuera de ellas.
Las siguientes hierbas pueden ayudar en las crisis moderadas de asma: valeriana, que posee acción espasmódica y sedativa (se usa la raíz). La malva, de la cual se hace un té muy útil por su efecto expectorante y moderador de la tos. El ajo es tradicionalmente reconocido también por su capacidad expectorante, y debe ser usado crudo, cortado en pedazos y en el agua, para diluir sus propiedades fuertes.
Consejos que protegen al niño de desarrollar asma o disminuyen sus cuadros:
1. Lactancia materna exclusiva hasta los seis meses .
2. Evite exponer al niño al humo del cigarrillo. Muchos cuadros no mejoran, a pesar de un buen tratamiento, porque en el hogar un padre o un pariente fuma.
3. Evite exponerlo, al menos durante el primer año, a infecciones respiratorias. Lo mejor es no llevarlo a fiestas o reuniones sobre todo infantiles.
4. Disminuya la presencia de sustancias que desencadenan alergias (alergenos) en el dormitorio del niño : polvo , animales ( gato , perro ) , cucarachas , alfombras, peluches, etc.
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