La utilidad de los ejercicios físicos en la terapeútica de la lumbalgia es conocida desde hace muchos años. La contracción y relajación de los músculos mejora la irrigación sanguínea y elimina los productos que ocasionan la inflamación.
Se conocen dos tipos de ejercicios con valor terapeútico: los activos y los pasivos. Los primeros son los que realiza el paciente estirando y contrayendo los músculos, realizando un esfuerzo. Los pasivos son los que lleva a cabo un fisioterapeuta, bien en forma de masajes o de estiramientos. Ambos tipos de ejercicios son válidos para el tratamiento de la lumbalgia.
En los masajes se aplica una presión suave pero firme en la región afectada, con un movimiento rotatorio o alternante, debiéndose mover la piel con la mano. Este movimiento expulsa los fluídos de los tejidos inflamados y alivia el dolor. Es conveniente aplicar calor antes de iniciar una sesión de masaje.
Teniendo en cuenta que el dolor lumbar es el problema musculoesquelético más común, los avances en cuanto a su alivio a través de masajes cobran una gran importancia.
Pruebas aportadas por Cocherane aseguran que los masajes son buenos para aliviar el dolor lumbar. Se demostró que llevando el tratamiento a cabo durante varias semanas o meses, se consigue alivio en los casos de dolor constante en periodos de hasta un año luego de finalizado. Se ha comprobado que además de aliviar el dolor y la discapacidad, ayuda a retomar el funcionamiento normal.
Se plantea que los masajes son más beneficiosos cuando se lo combino con ejercicios de estiramiento, así como métodos de relajación, autocuidado, etc. Aunque teniendo en cuenta los resultados individuales de estos tratamientos los masajes dieron mejores resultados.
A su ves se distingue entre el masaje clásico y el de acupuntura, de los que el último es más efectivo.
Fuente: Cocherane
1 comentario:
Este blog esta estupendo en cuanto a presentacion, y a nivel informativo es muy bueno.
Gracias, me lo pongo en favoritos.
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