

Trastorno del Sueño REM
Lo malo del trastorno del sueño REM es que los núcleos cerebrales fallan y el sueño de un ataque es vivido físicamente como si no fuera un sueño. Los pacientes pueden dar patadas o golpes, pueden gritar o expresar un ataque de pánico sin ni siquiera despertarse. El cerebro es incapaz de 'frenar' esos impulsos subconscientes. No existe necesariamente una comorbilidad psiquiátrica en estos pacientes. Sí, en cambio, hemos averiguado que se trata en general de personas ya mayores, en quienes la aparición de este cuadro semejante a una ataxia o una epilepsia puede predecir la inminencia de un trastorno cognitivo, enfermedad de Parkinson o demencia. También hemos averiguado que es más común en hombres que en mujeres.
La inquietud investigadora de Álex Iranzo no se circunscribe sólo a la obra de Walt Disney. El especialista de la Unidad del Sueño del Hospital Clínic ha identificado recientemente una variación genética que predispone a sufrir el llamado síndrome de las piernas inquietas. Dicho síndrome afecta a un 10% de la población y se considera uno de los motivos principales de consulta clínica por insomnio. Tendido en la cama o en un sofá, cuando el paciente debiera obtener una máxima relajación, experimenta en cambio una sensación molesta y constante en las piernas que sólo se alivia al moverlas.
«Lo malo es que muy pocos pacientes relacionan este trastorno con el sueño y pasan un promedio de cinco años buscando remedios o consultando a otros especialistas sin dar con su origen». Y el origen no es otro, al parecer, que una anemia ferropénica, y el hecho de que la mitad de los pacientes con síndrome de las piernas inquietas tenga un familiar de primer grado con idéntico trastorno sugiere que hay una conexión genética.
En un estudio publicado en la revista 'New England Journal of Medicine', el equipo de Iranzo, investigadores del centro de CODE Genetics de Reykiavik (Islandia) y de la Emory University de Atlanta (EE.UU.), han comparado datos clínicos y genéticos de 688 pacientes con síndrome de las piernas inquietas y más de 16.000 controles sanos. «La variación genética descrita en el trabajo se encuentra en el cromosoma 6 e involucra a un gen llamado BTBD9». Ser portador de esta copia duplica la susceptibilidad de enfermar, y tener las dos copias multiplica por cuatro el riesgo de padecer el síndrome de las piernas inquietas.
Fuente: Extraído de Consumer.es
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