viernes, 4 de enero de 2008

Osteoporosis: Cuando se nos "parten" los Huesos

El 80% de los pacientes que reciben el alta tras una fractura osteoporótica no recibe ninguna recomendación que le ayude a prevenir nuevas fracturas. ¿Resultado? Más fracturas que comprometen la supervivencia y la calidad de vida de los afectados. Además, los expertos advierten de que las cifras de afectados aumentan progresivamente con el creciente envejecimiento de la población.

Cuatro de cada diez camas de los servicios de traumatología de los grandes hospitales del país están ocupadas por pacientes que han sufrido una fractura osteoporótica. Los expertos prevén que, en los próximos años, debido al progresivo envejecimiento de la población, estas cifras se dispararán y complicarán el panorama en lo que ya es un problema de salud pública de primer orden.

Prevención es la clave

Precisamente, la elevada prevalencia de las fracturas osteoporóticas en personas de edad avanzada hace necesaria la intervención de especialistas procedentes de diferentes campos para prestar asistencia multidisciplinar al paciente durante todo el proceso patológico.

Los especialistas sostienen que el proceso de una fractura osteoporótica no consiste exclusivamente en una operación, sino en lograr la completa rehabilitación del paciente y prevenir la aparición de nuevas fracturas.

A propósito de estas fracturas, existe la necesidad de coordinar a los profesionales médicos para prestar al paciente una atención integrada. Un flujo asistencial organizado y armónico conseguirá mejorar la atención hospitalaria y extrahospitalaria y elevar la calidad de vida del paciente, facilitando su reintegración a la vida social activa. Menos de un 50% de los pacientes fracturados puede volver a llevar la vida que antes llevaba, según parece.

El 80% de los pacientes que reciben el alta tras una fractura osteoporótica no recibe ninguna recomendación que le ayude a prevenir la aparición de nuevas fracturas. En este sentido, un correcto tratamiento farmacológico anti osteoporosis y la instauración de ciertos hábitos higiénico-dietéticos y de rehabilitación son los factores que mejor influyen a la hora de conseguir un completo restablecimiento del paciente.

La rehabilitación no debe centrarse exclusivamente en el aspecto motor. La integración del paciente en su medio de vida previo y la adaptación a su lugar de residencia son dos aspectos igualmente claves para lograr una completa rehabilitación de la persona fracturada. En tal sentido, resulta fundamental la aportación profesional de asistentes sociales que velen por la correcta adecuación del domicilio del paciente.

Problema socio-sanitario

La osteoporosis ocurre por una pérdida de masa ósea. Determinados puntos del esqueleto se vuelven porosos, sumamente esponjosos y frágiles. Este declive óseo tiene lugar de forma asintomática, pero determina un riesgo grave de fracturas ante gestos tan cotidianos como un resbalón o traspiés, un estiramiento prolongado al tender la ropa, un estornudo fuerte o un giro súbito de cadera. Junto con las enfermedades cardiovasculares y el cáncer, la osteoporosis preside el catálogo de enfermedades más importantes en el hemisferio occidental.

Una de cada tres personas mayores de 65 años padece osteoporosis, en la mayoría mujeres. Se sabe de varias causas que inciden en la aparición de esta enfermedad: la deprivación estrogénica posterior a la menopausia, el consumo crónico de tratamientos antiasmáticos o antiepilépticos y una dieta pobre en calcio y vitamina D.

El gobierno de cada país debe contemplar la solución de este problema y perfeccionar las acciones que se están tomando para el tratamiento de pacientes de la tercera edad. Un tratamiento clínico como preventivo de todas las enfermedades propias de esta edad.

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