Existe el temor que las ondas electromagnéticas sean nocivas para la salud está presente en la ciudadanía. Pero qué son? Las estrellas como el Sol emiten radiaciones electromagnéticas de muchisimos tipos de longitudes de ondas, desde las más bajas hasta las más altas y nocivas, abarcan casi todo el espectro. La tierra tiene un campo magnético que desvía las más perjudiciales para la vida, las infrarojas y las visibles penetran la atmósfera, y hasta hace unas decadas las ondas UV eran bien filtradas por la capa de ozono, las UV son las que producen el cancer de piel.En realidad todo emite radiaciones, nuestro cuerpo emite radiaciones infrarojas, las construcciones emiten cierto tipo que ahora no recuerdo relacionado con desintegración de un elemento, tipo el C 14.Los rayos X, que siguen al UV, son perjudiciales a partir de cierto valor de exposición del cuerpo.Básicamente, cuando una onda electromagnética, de longitud de onda comparable a la de una proteína del ADN lo impacta, esta se rompe, y se puede dar lugar a formación de cancer. El daño de éstas dependerá de la potencia y de la longitud de onda.
Se obvia un adjetivo fundamental para hablar sobre radiaciones nocivas y radiaciones inofensibles para los seres humanos, y este término es IONIZANTE. Se refiere a que este tipo de radiaciones, por sus características físicas, son capaces de arrancar electrones de las capas más externas de los átomos e ionizarlos. Las radiaciones ionizantes son las que todo el mundo se imagina como un aura verde resplandeciente que hace ruiditos especiales. Las películas ayudan mucho, desde luego. No falta razón, en este grupo se encuentran las radiaciones alfa, beta y las radiaciones electromagnéticas constituídas por los rayos gamma, X, y ultravioletas.
Existen muchos estudios que las ondas electromagnéticas que producen los dispositivos eléctricos si que tienen un efecto biológico sobre la salud humana. Existen 30 estudios independientes y siete universidades que han mostrado los efectos biológicos de la radiación electromagnética de los móviles, de las antenas de celulares montadas en algunos edificios, del abuso del horno de microondas, etc. La proliferación de la telefonía móvil y sus efectos colaterales han alertado a la comunidad científica sobre los peligros que se pueden generar por el uso reiterado de nuevos aparatos que utilizan el sistema digital de transmisión de señales GSM, por medio del cual se emiten señales de baja potencia pero de alta frecuencia. Parece comprobado que tanto los teléfonos móviles como las antenas reemisoras de señales que utilizan el sistema GSM crean a su alrededor campos electromagnéticos en contacto con los cuales se emiten radiaciones nocivas para la salud humana al generar campos de exposición electromagnéticos.
El daño ocurre en la frecuencia y la magnitud que estas ondas puedan tener y somos expuestas a ellas. Cuando son utilizadas con responsabilidad y tomando precauciones no hay porque preocuparse. Si tenemos que ir al médico y nos tiene que tomar una placa de rayos X , tomografía o una ecografía la situación está controlada y es para nuestro bien no afectando al organismo.
Contra nuestra salud
El contacto con los campos electromagnéticos afecta a la melatonina del cerebro y puede causar depresión, pudiendo quienes lo sufren llegar incluso al suicidio. Así lo sugiere al menos un estudio realizado por la Universidad de Carolina del Norte (EE.UU.). Tras comparar los niveles de exposición a esos campos y el índice de suicidios en los trabajadores de compañías eléctricas con respecto a otros trabajadores, el equipo del Dr. David Savitz se encontró con que el número de suicidios era el doble entre los primeros, especialmente en las personas jóvenes expuestas a frecuencias muy bajas. Según los investigadores la mayor vulnerabilidad de los jóvenes se debe a que, en general, son más propensos al suicidio cuando sufren una depresión grave que los adultos.El número de estudios que demuestra la peligrosidad de los campos electromagnéticos crece día a día. Su incidencia provocando cáncer en quienes viven cerca de torres de alta tensión está suficientemente demostrada. Sin embargo, los gobiernos de casi todo el mundo siguen alegando falta de pruebas suficientes de que perjudiquen la salud. El poder de las compañías eléctricas sigue siendo enorme.
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